jueves, 31 de marzo de 2022

Bimodalidad: El retorno no puede ser una política inconsulta

La pandemia implicó que razones de fuerza mayor lleven, de urgencia, a trabajo remoto gran parte del empleo estatal. Aún así, con un esfuerzo personal muy grande, poniendo computadoras y conexiones en la mayoría de los casos, la mayor parte del trabajo pudo realizarse igual. Ahora que las condiciones sanitarias son diferentes, desde el Ministerio de Economía dejan correr el rumor o comunican informalmente que habría una vuelta a esquemas presenciales. Es parte de una política apresurada y que genera malestar en muchos sectores.

Presencias y parches

El trabajo en forma colectiva presencial permite desplegar mejor nuestro potencial como trabajadores, nos lleva a construir mejor cada idea en el día a día, cada tarea concreta que hacemos. También nos pone a trabajar interactuando con gente de carne y hueso: nadie quiere vivir hablándole a una máquina todos los días. El trabajo remoto ha generado que nuestra presencia en nuestros hogares parche un montón de falencias de nuestra sociedad: La falta de esquemas de cuidados estatales generalizados, de educación inicial, la disparidad en la distribución de tareas de cuidado. También este esquema ha evitado que perdamos tiempo en transporte público donde viajamos como vacas y hasta ha permitido disponer de algo más de tiempo para paliar la miseria salarial con otros trabajos.

Son todos parches que de existir mejores salarios y políticas públicas mejores, más extendidas, ciudades mejor ordenadas y con mejor infraestructura, no tendrían mayor razón de ser. Sin embargo, con estos parches también se entremezcla la posibilidad que para una franja de trabajadores hace posible llevar adelante las tareas desde el hogar, con cierta comodidad y construyendo otro tipo de vínculo con el propio espacio doméstico, con las personas con las que conviven y el barrio.

Más allá de los parches

Es válido que, mientras sigamos construyendo los reclamos por nuestras reivindicaciones de una vida digna y un salario digno, exijamos la posibilidad de optar por la bimodalidad. En nuestro Ministerio podemos discutir las condiciones de un nuevo esquema. Que no podrán ser de virtualidad total, pero tampoco de presencialidad total. Desde ATE se podría tomar este debate y pelear porque haya un marco normativo más general a nivel nacional. Donde las condiciones en las que se desarrolle tengan un control de parte de les trabajadores.

Poder discutir lo importante

La urgencia que trajo la pandemia, cambiando la modalidad de trabajo después de 150 años de empleo estatal, no existe ahora. No hay razones para salir de un día para el otro del esquema provisorio que todavía está vigente en muchos organismos. Es posible continuar con este esquema hasta que exista un debate a fondo, que nos tenga como protagonistas, sobre una nueva modalidad del empleo público para las próximas décadas.