jueves, 30 de noviembre de 2017

Elecciones ATE Mecon 2017 - Introducción


Gracias doy a la desgracia,
y a la mano con puñal,
porque me mató tan mal,
y seguí cantando

El próximo 30 de noviembre se renovaron lxs delegadxs y Junta Interna de ATE de los ahora Ministerios de Hacienda y de Finanzas, como sucede cada 2 años. No podemos decir “renovaron” sin mencionar a las decenas de compañeras/os que a fines del 2015 se habían incorporado a la vida de nuestro sindicato.
Movililizadas/os por los rumores de la guillotina amenazante sobre nuestros cuellos estatales, primero desde los medios y luego desde el gobierno, se organizaron desde sus oficinas y mediante asambleas. Cuando la amenaza se volvió realidad, a partir esa incipiente organización acompañadas/os por nuestra herramienta gremial plantamos una trinchera contra los despidos. Peleamos por quienes habían sido desvinculadas/os por el Ministro Prat Gay y también por quienes no, ya que el golpe a los unas/os era un disciplinamiento a las/os otras/os.
De esa tanda de despidos logramos revertir unos 30 de manera más o menos inmediata y tras una larga pelea conseguimos una continuidad salarial a través de contratos de capacitación con el Ministerio de Modernización y algunas reincorporaciones más. Muy lejos de nuestro objetivo de revertir hasta la última cesantía, pero sin dudas dando el ejemplo de que no dio lo mismo luchar que quedarse de brazos cruzados esperando una gestión por arriba.
¿A qué viene todo? Es que esa dura batalla es sin dudas el hito que marcó como un tatuaje en la piel a nuestra herramienta sindical en estos 2 años, de los múltiples desafíos que hemos tenido. Y que hubiéramos deseado llegar a este punto de renovación de la Junta Interna junto a todas esas y esos compañeras/os de fierro que se bancaron todo hasta el final. El Estado empleador en general y el Ministro Prat Gay nos robaron esa posibilidad. Tampoco tenemos junto a nosotrxs a Mayra ni a Romina. Entre Prat Gay y Dujovne las expulsaron por defender a sus compañeras/os a la primera, y por ser madre y cuidar a su hija a la segunda (cabe destacar que en todos los casos los despidos impactaron principalmente hacia mujeres).
Ese dolor no nos los saca nadie. Ni la frustración de toda otra serie de retrocesos en nuestros derechos que sufrimos de la mano de la campaña de desprestigio del empleo y las políticas públicas. Pero tampoco nos saca nadie el orgullo de no haber agachado la cabeza, de haber resistido hasta el final y de haberle puesto un freno como en pocos organismos se puso.
Acá no se rindió nadie y seguimos de pie defendiendo lo que es nuestro y es de todxs.

A continuación publicaremos una serie de notas con diversas temáticas sobre ejes que nos parecen prioritarios a tratar. Estamos abiertos/as a cualquier críticas, comentarios, propuestas, etc.

Profundicemos una perspectiva de géneros 

La estrategia del gobierno para recortar nuestros derechos 

Necesitamos nuestra propia estrategia 

Profundicemos una perspectiva de géneros en nuestra Junta Interna - Elecciones 2017





Apostamos a la construcción de un espacio sindical que dé pelea por relaciones sanas y equitativas 
entre compañeros y compañeras, combatiendo la violencia de género en todas sus formas. Tanto fuera como dentro las mismas oficinas del Ministerio las situaciones violentas hacia las mujeres e identidades disidentes siguen siendo una realidad que se repite cotidianamente.
Las situaciones son muy diversas. Por mencionar solo algunos casos, nos encontramos con violencia verbal en chistes o comentarios hasta los insultos o malos tratos verbales. También con asignación de tareas que exceden las funciones laborales vinculadas al estereotipo femenino, quite de presentismo por cuidados de hijos/as (¡mayormente lo hacen las mujeres!), incluso persecución sindical, despidos por uso de lactarios o uso de licencias maternales, entre muchos otros casos.
En este contexto, el avance de las luchas del movimiento de mujeres y feminista, con el hito del #NiUnaMenos marcó un momento de quiebre que repercutió en toda la sociedad y también en las organizaciones sindicales. Esto implicó que frente a las situaciones y hechos de violencia de jefes, compañeros de oficina, así como en espacios sindicales seamos más conscientes de la relevancia de tales problemas y los abordemos partiendo de la escucha, acompañamiento y credibilidad a las compañeras afectadas y buscamos caminos de respuesta colectiva y eficaz. Tomamos como nuestras la frase que cobró gran protagonismo en el último tiempo: ¡LAS PIBAS YA NO NOS CALLAMOS MÁS! Y agregamos: los pibes comenzamos a cuestionar nuestros propios privilegios.
En este sentido, fuimos parte y fortalecemos las luchas que motoriza la comisión de género de ATE MECON. Entre otras acciones, las campañas por la reincoporación de Mayra y Romina, y la luchas contra los despidos de 2016 (que afectaron en su enorme mayoría a mujeres), la pelea por el jardín materno-paternal, la ampliación de licencias por maternidad y paternidad, las instancias de formación en problemáticas de géneros. Apoyamos las instancias de auto-organización de las trabajadoras, como la Asamblea de Mujeres que se dio cita con motivo del 8 de marzo de este año en el hall del Palacio de Hacienda. También promovemos que nuestro herramienta gremial esté abierta a canalizar las denuncias de violencia de género que pueda llegar a ver tanto de jefes como de compañeros.
Reivindicamos el piso alcanzado a lo largo de estos 4 años de gestión, que es mucho más alto que el existente en otros sindicatos o hasta en nuestra propia ATE, pero creemos que es fundamental profundizarlo. El #NiUnaMenos no significó solo marchas ni solo poner la luz sobre el síntoma más aberrante del patriarcado que son los femicidios. Es también una revolución más silenciosa que viene atravesando a toda la sociedad y hace visible lo que antes era invisible y da voz a lo que antes era inaudible. Se trata de poner en cuestión toda una serie de mecanismos que reproducen la desigualdad estructural entre varones y mujeres e identidades disidentes. Por supuesto que es natural que cuando se cuestionan privilegios que llevamos calados hasta los huesos surjan resistencias. Pero decimos que lo personal es político. Y quienes peleamos por una sociedad más igualitaria no podemos hacernos los distraídos frente a nuestras propias opresiones. Nuestra Junta Interna que tiene la perspectiva de géneros en su programa debe intensificar este camino.
Por eso impulsamos ahora y de cara a lo que se viene: la pronta conformación de un protocolo de actuación frente a los distintos casos de violencia de género así como masificar una campaña sistemática frente a esta problemática en el lugar de trabajo. Contribuir y  promover  más instancias de auto-organización de las compañeras como las asambleas de mujeres en el edificio y de cara a los viajes al Encuentro Nacional de Mujeres. También impulsar una mayor participación de las compañeras e identidades disidentes en la organización sindical. Parte de los problemas de la sociedad machista en la que vivimos es que se suele estimular a los varones para que monopolicen la palabra y los roles de conducción. Por eso es que suelen surgir más delegados sindicales varones, incluso cuando hay más mujeres que varones trabajando. Es fundamental entonces intensificar las instancias de formación en problemática de géneros para visibilizar estas situaciones y comenzar a corregirlas.
Y trabajar sostenidamente para que se consolide una herramienta sindical que enfrente de modo integral las luchas por todas nuestras reivindicaciones (salarios, estabilidad, condiciones de trabajo) pero de manera unida y complementaria a las problemáticas de géneros, no pensando que la segunda está subordinada a las primeras. Sin una perspectiva de géneros consecuente, es decir, sin feminismo no hay un verdadero sindicalismo combativo.

La estrategia del gobierno para recortar nuestros derechos - Elecciones 2017


Estos dos años hemos observado dos mecanismos insignia de los funcionarios para poder avanzar en el plan de recortar personal, políticas públicas, salarios y condiciones de trabajo. Por un lado el bombardeo ideológico, del cual los medios de comunicación son sus aliados de lujo, mediante el cual nos quieren hacer creer que todxs las/os trabajadores somos ñoquis. O que cobramos salarios muy altos. O que está mal que nos tomemos licencia cuando nosotros/as o nuestros/as hijos/as se enferman. O que las políticas públicas que desarrollamos son un gastadero de plata que distorsionan los sacrosantos designios del mercado.
Este bombardeo lo lanzan sobre las cabezas de toda la sociedad, para que nos miren con desconfianza y sobre nuestras propias cabezas para que no nos unamos y no nos defendamos juntos/as. Intentan que miremos con recelo a quienes tenemos al lado. “Yo no soy ñoqui pero aquel/lla vive enfermandose”, “Aquel/la gana un montón y no hace nada”, etc.
Este bombardeo hacia nuestras cabezas es efectivo si nos convence de que no tenemos fuerzas suficientes para resistir cuando nos meten la mano en el bolsillo. Así dejaron en el limbo cientos de concursos que se habían ganado con todas las de la ley en 2013 y 2015 y recién ahora algunos se están efectivizando.
El otro pilar de su política es la estrategia sindical. Una parte de ella es acordar con los sindicatos conocidos como “gordos”, conducido por personas cuyas condiciones de vida son más parecidas a la de ricos empresarios que a la de los/as trabajadores que representan. Con ellos siempre se puede llegar a acuerdos de los que muchas veces ni siquiera nos enteramos, pero son propensos a entregar nuestros derechos a cambio de algunos “recursos” a manejar como los de las obras sociales. Y cuando no entran en razón siempre está el látigo de los carpetazos. Es decir, sacar de la manga alguna causa penal que debido a sus prácticas cuasi mafiosas son de fácil creación.
Otra marca que guía su estrategia sindical es la mencionada con honestidad brutal por el senador electo Esteban Bullrich en 2014 sobre cómo doblegar a los sindicatos. Claro que hablar de sindicatos es una forma para no decir que quieren doblegar a quienes los sindicatos deben representar. Es decir, a las/os trabajadores, doblegarnos a nosotros/as. El “truco” es lanzar decenas de golpes para que nos abrumemos y solo podamos frenar algunos. Este método que parece infalible en realidad da por supuesto que no tenemos poder ni decisión para parar todos los ataques.
No es que no nos demos cuenta que lo están haciendo, lo que falta es construir una relación de fuerzas favorable a los/as laburantes que permita patear el tablero, como lo han hecho muchos otros sindicatos.
El desafío para esta nueva etapa de la Junta Interna y cuerpo de delegadas/os de ATE Mecon es construir esta relación de fuerzas, yendo al frente como siempre, pero con paciencia, inteligencia y sin marearnos. Elegir las batallas a dar que nos permitan acumular potencia para las que vienen. Y, en este camino, desarmar esa gran ancla que significa que nos ganen nuestras propias cabezas. Digan lo que digan el Ministerio, y el país, lo ponemos a andar los/as trabajadores y sin nosotros/as no hay nada. A ese despertar colectivo tenemos que seguir apostando.

Necesitamos nuestra propia estrategia - Elecciones 2017

Así como ellos tienen su estrategia nosotros/as también necesitamos la nuestra. Parar la pelota, levantar la cabeza y pensar los pasos para un camino que culmine con salarios dignos, estabilidad laboral y defensa de las políticas públicas que favorecen a los/as de abajo.
Sin dudas es imprescindible plantear nuestra propia estrategia sindical. Sindicato se ha transformado en mala palabra para muchos/as por la historia y el presente de decepciones a la hora tener que jugársela por quienes se supone que representan. [Sin ir más lejos hubo quienes mandaron a la casa a compañerxs despedidxs el año pasado y les dijeron que lxs iban a llamar en cuanto consigan su reincorporación. Nunca más tuvieron noticas]. Pero para nosotros/as los sindicatos son lo que fueron desde sus inicios, que los/as trabajadores juntemos fuerzas para poder pelear en mejores condiciones contra quienes nos dominan. Y si los sindicatos reales no son eso los equivocados/as son quienes los conducen y solo es cuestión de cambiarlos. De otra manera, en parte los sindicatos reales podrían ser reflejo de nuestra propia apatía y entonces cuando criticamos a los sindicatos nos estaríamos criticando a nosotras/os mismas/os.
El primer paso es salir de las inercias que nos llevan a quejarnos de lo mal que están las cosas pero sin hacer nada para cambiarlas. “Las cosas” son realmente muchas y cambiarlas todas de una resulta imposible pero por algún lado hay que empezar. Aunque sea tomar algún tema puntual y dedicarle tiempo para organizarnos para resolverlo. Por suerte somos muchos/as (3.000 aproximadamente) y si varixs nos ponemos de pie la historia empieza a cambiar.
En el estado actual de cosas necesitamos ganar confianza, y para poder creer que con nuestra acción podemos cambiar la realidad es clave poder cambiar algo, por más de que no parezca lo principal. Obviamente que las grandes batallas hay que darlas, pero no por eso tenemos que despreciar las pequeñas. Necesitamos elaborar una construcción gremial integral con la mayor creatividad para proponer iniciativas que logren efectivamente mover a nuestros/as compañeros/as, generar una identidad colectiva por sobre la lógica individual y como decíamos aumentar la confianza en nuestras propias fuerzas.
Junto con esto no podemos perder el eje de la necesidad de afiliarnos y promover la afiliación a ATE, que es el único sindicato que mal o bien intenta resistir frente a tanto recorte de derechos. No solo porque desde el Ministerio de Modernización nos cuentan las costillas y se hace lo imposible para minimizar la cantidad de delegados/as y juntas internas, sino porque afiliarse es hacer un esfuerzo material en sostener un mecanismo de protección colectiva. Es decirle no a la lógica individual que nos quieren imponer desde arriba, donde cada uno pide por lo suyo en soledad y en voz bajita para que no se entere el/la de al lado. Eso siempre fue un engaño. No nos afiliamos porque el sindicato otorga acceso a descuentos y beneficios, pese a que los otorgue. Sino porque la voz de que quienes mal o bien nos plantamos frente a las injusticias tiene que sonar más fuerte y cuánto más grande sea más chances hay de ganar.
Tampoco nos afiliamos porque en las elecciones nacionales hayamos votado a tal o cual candidato/a. Cuando nos recortan las horas extras, las vacaciones, nos jubilan forzadamente, nos niegan los pases a planta permanente o nos mantienen como monotributistas no nos preguntan a quién votamos. Las discusiones políticas son interesantes y las damos cuando corresponde, pero a la hora de pelear por lo nuestro apostamos a la máxima pluralidad y a dejar las mezquindades del otro lado del molinete cuando entramos.
Ni siquiera nos afliliamos porque estemos “enamorades” de ATE. Por el contrario, muchos/as de nosotros/as empezamos a participar del sindicato porque no nos gustaba como funcionaba y queríamos cambiarlo. En parte creemos que lo hemos empezado a lograr pero seguramente muchas cosas las estemos haciendo mal o puede haber muchas propuestas para mejorarlas. Por eso si no nos gusta como funciona el sindicato, aún más todavía hay que afiliarse para cambiarlo. Por suerte, a diferencia de otros sindicatos ATE es plural y democrática y permite que distintas expresiones puedan manifestarse y convivir.
Por último, además de la afiliación no perdemos de vista que nuestro Ministerio no está solo como una balsa navegando en el océano, sino que es parte de una realidad mucho más grande. Muchas veces nos encontramos con que los grandes problemas, como el salario y la estabilidad laboral, no se resuelven solo en el ámbito de nuestros Ministerios sino que dependen de políticas generales de nuestro empleador. Es por eso que tenemos que aunar esfuerzo, no solo dentro de Hacienda y de Finanzas sino junto con el resto de los organismos. En primer lugar dentro de esos organismos destacamos que hay 6 Ministerios que convivimos dentro de un mismo edificio. Con ellos compartimos tanto los problemas generales que afectan a los/as estatales como muchos problemas particulares como médico a domicilio, problemas edilicios, etc. Es importante profundizar el camino que ya hemos iniciado de experiencias en común con otras Juntas Internas del edificio. En segundo lugar debemos impulsar un abordaje colectivo con el resto de los organismos nucleados fundamentalmente en el ámbito de la Ciudad. Con la misma lógica que decíamos más arriba, hay que luchar en común y si lo que se hace como sindicato sentimos que no es lo correcto dar una discusión y pelea por cambiarlo. Muchas veces nos hemos encontrado con que no se peleaba con el mismo ahínco a nivel de la Seccional que en nuestro organismo, o que primaban las disputas mezquinas entre dirigentes por sobre la necesidad de concentrarnos en las urgencias que tenemos los/as trabajadores. La solución no es juntarnos con quienes piensan parecido a nosotros/as para aislarnos y terminar siendo “pocos pero buenos”, sino por el contrario señalar lo que consideramos errado pero sin dejar de pelear codo a codo con quienes están en la misma que nosotros/as.