miércoles, 25 de junio de 2014

A 12 años de la Masacre de Avellaneda



El 26 de junio de 2002 en un operativo represivo coordinado del cual participaron diferentes fuerzas de seguridad del Estado eran asesinados sobre el Puente Pueyrredón los militantes populares Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. 12 años después sus familiares y compañerxs siguen exigiendo juicio y castigo a los responsables políticos de la masacre de Avellaneda.

El 26 de junio de 2002 varias organizaciones acordaron un conjunto de movilizaciones y cortes en todos los accesos de la Capital Federal. Una medida de lucha coordinada en línea con los reclamos asociados a la crisis que se vivía por esos días en el país, que había llevado a la renuncia del entonces presidente Fernando de la Rúa, dejando un saldo de 5 presidentes en menos de un mes y más importante aún un porcentaje de desocupación mayor del 25%, y más del 50% de la población por debajo de la línea de pobreza. 
Las consignas con las que se movilizaron las columnas fueron: 

Un aumento general del salario

Una duplicación del monto en los subsidios para desocupados 

Más alimento para los comedores populares 


Entre otras. 


 
Cuando las columnas de la Coordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón llegaron al Puente Pueyrredón ya se encontraba en el lugar un fuerte despliegue de las fuerzas de Seguridad, que impidió el acceso a los brazos del puente, dejando a los manifestantes aislados geográficamente. Los manifestantes fueron desalojados del puente en un operativo conjunto de la Policía Federal Argentina, la Policía de la Provincia de Buenos Aires y la Gendarmería Nacional, encerrándolos desde los brazos superiores del puente hacía Avenida Pavón.  

Si bien había antecedentes de represiones fuertes en la argentina por esos días, la represión desatada ese mediodía en el Puente Pueyrredón fue particularmente brutal. Con un saldo de más de 50 heridos de bala y dos muertos: Darío Santillán (22 años) y Maximiliano Kosteki (21 años).

La investigación posterior develó que Kosteki recibió un disparo de Itaka sobre el puente. Probablemente el disparo haya sido ejecutado por el propio Fanchioti, comisario a cargo del operativo. Los hechos respecto al asesinato de Santillán no fueron determinados con exactitud. La investigación concluyó que quien disparó contra Darío fue el cabo Acosta, por la espalda, en la estación de tren de Avellaneda, mientras este socorría a Kosteki que yacía tirado en el piso de la estación a causa del disparo que había recibido.


Las imágenes de ese día son impactantes: Maximiliano Kosteki, apoyado de espaldas contra el suelo con las piernas en alza: las fuerzas de seguridad lo pusieron en esa posición para que se desangre más rápido Darío Santillán se quedó en la estación tratando de ayudarlo a levantarse, mientras el resto de los compañeros y compañeras corrían en lo que se había convertido en una cacería policial, en donde le dispararon a quemarropa. 
Pero más impactante aún resulta el hecho de que al día siguiente el diario de mayor circulación del país tituló en su tapa que "La crisis (fue la que) causó dos nuevas muertes". No la Policía Federal, ni la Provincial, ni la Gendarmería: la crisis. En la nota editorial el periodista Julio Blanck sostenía la hipótesis que impulsó el gobierno de Eduardo Duhalde: que los piqueteros se habían matado entre ellos. Más aún, deliberadamente dejaron afuera de la secuencia de fotos publicadas aquellas que (luego resultarían claves en la investigación) mostraban al cabo Acosta apuntándole a Santillán por la espalda, así como la foto en la que se veía a Kosteki con las piernas en alto. 

En ese contexto, después de la publicación de la secuencia de fotos que dejaba afuera evidencia central de los sucesos en pos de argumentar que la violencia propia de los movimientos piqueteros había terminado con la vida de dos de ellos (y herido de bala a más de 50 más), los propios movimientos se movilizaron para denunciar la represión del 26 de junio en el puente Pueyrredón y los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki a manos de las fuerzas de seguridad del Estado, torciendo el brazo del Diario Clarín que en los días posteriores al 27 de junio publica la secuencia de fotos completa, obligando al gobierno de Duhalde a descartar la hipótesis que había sostenido.
Gracias a la movilización y a la lucha que se desató desde el campo popular exigiendo juicio y castigo a los responsables de la masacre de Avellaneda, Fanchiotti y Acosta, los asesinos, fueron condenados a cadena perpetua por doble homicidio y siete tentativas de homicidio. El comisario Félix Vega y los principales Carlos Quevedo y Mario De la Fuente fueron sentenciados a cuatro años de prisión por encubrimiento agravado. Los otros dos acusados de encubrimiento, el oficial Gastón Sierra y el cabo Lorenzo Colman, fueron condenados a tres y dos años de cárcel, respectivamente. El ex policía Celestino Robledo recibió la pena de diez meses por «usurpación de autoridad», dado que actuó en la represión aunque ya no era policía. Además, se iniciaron causas a los funcionarios Carlos Soria, Jorge Vanossi y Oscar Rodríguez por falso testimonio. 

 Ahora bien, todavía nada se ha hecho para castigar a los responsable intelectuales de la masacre. Si bien esta tuvo consecuencias políticas precisas sobre el gobierno provisional de Duhalde, que se vio obligado a llamar a elecciones de manera anticipada, aún hoy el Estado Argentino se niega a abrir los archivos de la SIDE, a reconocer que el operativo desplegado el 26 de junio de 2002 se realizó bajo la orden expresa del poder central y a investigar a los responsables políticos. La masacre no se enmarca en un caso de exceso policial, sino que la reconstrucción de los hechos demuestra que la represión desplegada respondió a un operativo planificado de represión del poder central a los movimientos sociales, al calor de los procesos de organización y lucha que agitaban el conjunto del territorio. En este sentido, las organizaciones piqueteras reclaman el enjuiciamiento de los funcionarios que ordenaron la represión en el puente: Eduardo Duhalde, Presidente de la República Argentina en ese entonces, Felipe Solá Gobernador de la Pcia. de Buenos Aires, León Arslanián, Ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, Ministro del Interior, Juan José Álvarez, Secretario de Seguridad y Alfredo Atanasoff, Ministro de Trabajo. Asimismo, denuncian el accionar del juez Ariel Lijo como uno de los principales responsables de que la causa por las responsabilidades políticas de la Masacre de Avellaneda haya sido archivada.

Desde el 2002 a la fecha la causa estuvo cajoneada y el juez ni siquiera respondió a informes solicitados por la fiscalía, sobre el cruce de llamadas entre los funcionarios duhaldistas y las autoridades policiales.
A 12 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki convocamos una vez más a una jornada de lucha en la Estación Darío Santillán y Maximiliano Kosteki (Ex estación de Avellaneda) bajo la consigna:




¡Juicio y Castigo a todos los responsables de la Masacre de Avellaneda!



25/06 - 17hs. JORNADA CULTURAL EN LA ESTACIÓN DARIO SANTILLÁN Y MAXIMILIANO KOSTEKI. 



Paneles, festival y Acto. Tocan Arbolito, Rally Barrionuevo, La Delio Valdez, Sara Hebe.



26/06 - 11hs. Todxs al Puente Pueyrredón.

 

Compartimos algunos Videos sobre el tema

"La Crisis causó dos nuevas muertes" 

"Piquete Puente Pueyrredón"

"Los cumpas del Barrio"

 

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