martes, 12 de agosto de 2014

Correo de lectores

Le damos difusión a unas reflexiones interesantes que nos acerca alguien más como nosotros/as que participa del proceso de organización y lucha del Mecon.

Sobre las asambleas

Son básicamente, reuniones de trabajadores y trabajadoras. Independientemente de su pertenencia a diferentes círculos, ideas políticas, buscan (buscamos) un espacio democrático para debatir, exponer ideas, y tomar resoluciones de conjunto. No por “amor al debate”, sino porque como trabajadores/as tenemos problemáticas en común y necesitamos organizarnos para encontrarles soluciones.

En base a este objetivo básico, somos parte de un ámbito de debate público, donde pueden nuclearse personas que quieran participar, un ámbito que por mi presencia, tu presencia, la de todos, la volvemos propia, la sentimos propia.
Como decíamos, una asamblea va más allá de tal o cuál grupo, está abierta a todos/as. Por eso, aspiramos a que pueda acercar a mucha más gente, con la garantía de que la discusión de los temas y su resolución es transparente, a la vista de todos/as.

Es llamativo ver como desde otros espacios gremiales, intentan a veces apropiarse de esa construcción, llamando asambleas a algunas instancias. Sin embargo, sabemos que por más que proclaman realizar “Asambleas”, no tienen nada que ver con lo que todos tenemos en mente por asamblea. No se debaten ideas. No hay diálogos. No se toman resoluciones. Las presencias de otros sectores parecen más para amedrentar que para traer su solidaridad.

De todas formas, no sorprende la actitud que creemos desesperada de sectores que sienten la fuerza de organizarnos desde abajo. La desesperación, el intento de apropiarse logros ajenos y la copia de nombres de convocatorias, pero vacías de contenido, no son más que los berrinches de un niño inmaduro.

El curso de nuestro movimiento, signado desde sus comienzos por los ideales democráticos, avanza sobre bases firmes. Es inevitable que con el devenir de los hechos, cada vez sea más evidente que la fuerza proviene del contenido y no meramente de un nombre.
Por eso, sigamos adelante, que tambalean los que se sienten amenazados, que se hunden los que no tienen cimientos.

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