El miércoles de la semana pasada tuvo lugar la Asamblea anual ordinaria de afiliados de ATE de la Ciudad de Buenos Aires, donde año a año en la seccional del gremio debería discutirse el Balance político del período y también el contable, aprobándose o no el accionar de la conducción.
El documento de Memoria y Balance elaborado por la conducción del gremio estuvo recién la noche anterior a la asamblea, lo cual volvió casi imposible realizar un análisis serio del mismo. El acto contó la presencia de 3 mil trabajadores, lo cual podría considerarse poco en relación a los 22 mil afiliados, pero un gran despliegue si lo ponemos en relación a las últimas movilizaciones convocadas por el sindicato.
La asamblea estuvo signada por una fuerte disputa que se viene dando entre distintos sectores del Consejo Directivo, uno ligado principalmente al michelismo (al que pertenece el Secretario General de la Seccional) y otro identificado muy fuertemente con el kirchnerismo. En general, entendemos que si bien desde el primer sector se vienen levantando algunos reclamos justos, a la hora de llevar las medidas a la práctica sus iniciativas tienen un escaso despliegue. Por el otro lado, desde el sector kichnerista parecerían no querer salir a hacer ningún reclamo al gobierno nacional, al punto que ni siquiera se animan a pedir un porcentaje concreto para las paritarias nacionales, y por otro lado hacen medidas para boicotear a los sectores que sí se organizan.
En concreto, en la asamblea luego de una demostración de fuerzas entre ambas facciones, el sector kirchnerista (la lista Azul y la agrupación 102) se retiró tras una exposición (sin mayor justificación política) de uno de sus referentes. En vez de quedarse a dar el debate y a votar la Memoria y Balance, prefirieron impugnar la asamblea frente al Ministerio de Trabajo, que es nuestra patronal.
Sectores independientes de esta disputa mocionamos que la Asamblea pase a un cuarto intermedio para poder analizar la memoria, mientras aprovechábamos la instancia para votar un plan de lucha y democratizar ATE (transformando la asamblea en una de carácter extraordinario).
Sin embargo, luego del retiro del kirchnerismo, la lista Verde que conduce la seccional hizo valer su mayoría para aprobar el balance. La moción de la asamblea extraordinaria fue votada en contra por el sector mayoritario que también tenía un enorme apuro en retirarse.
Así fue como pasó una asamblea ordinaria más (la primera para muchos de nosotros/as) que nos deja nuevas preguntas y nos sirve para poder reflexionar sobre el sindicato que necesitamos. Nos fuimos con la certeza de que la verdadera disputa no tiene que darse midiendo fuerzas entre dos sectores del sindicato si no en las oficinas y en las calles peleando por nuestros reclamos...
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